Aurelio Morales recuerda con añoranza aquella tarde-noche de julio de 2011. Trabajaba como jefe de cocina y creatividad de Paco Pérez en el restaurante Miramar (poseedor de dos estrellas Michelin). Su maestro acudió expectante a la cita en la que se discutió el futuro de El Bulli, él se quedó salvaguardando el frente de los fogones, ignorando la trascendencia que tendría ese día para la gastronomía de manera internacional.
Esa misma temporada, el mismo Aurelio Morales había estado haciendo otro stage en El Bulli. Era el año de su cierre y quería pasar algunos días junto al gran Ferran Adrià, además de con Eduard Xatruch, Mateu Casañas y Oriol Castro (hoy propietarios de los exitosos restaurantes Compartir y Disfurtar), quienes hacían de mucho más que simples jefes de cocina en El Bulli; y que por cierto, son hoy en día profesores en la escuela de cocina online Talent Class, donde imparten a sus alumnos un curso de cocina creativa y comparten algunas de sus técnicas culinarias que los han llevado al éxito.
Por cierto, Oriol Castro fue y es aún a día de hoy, según las propias palabras de Aurelio Morales, un auténtico superhéroe de la cocina. Le tiene verdadera admiración desde que tenía 17 años y esto se puede ver claramente en la forma en la que lo describe y habla de él.
Como decíamos, el mejor restaurante de la historia cerraba, se reinventaba y cambiaba de concepto. “Mejores tiempos vendrán”, pensaban en ese momento Aurelio y sus colegas. En aquella época eran todos bullinianos, o por lo menos la inmensa mayoría de los cocineros, y no solo de España sino de otros muchos países.
El propio Aurelio se sigue declarando fiel servidor de esta logia ya casi mítica que con estos tiempos tan veloces, se está convirtiendo en casi leyenda. Hoy en día es prácticamente un mito del mundo culinario.
Esto se debe principalmente a que todo ha cambiado desde que El Bulli decidió cerrar sus puertas. Coincidiendo con el despegue de las redes sociales y algún que otro fenómeno, el mundo culinario ha sufrido una completa transformación. La gastronomía ha ido perdiendo fuerza (según Aurelio Morales su magia).
Él siempre dice a sus cocineros con cierto aire de tristeza y melancolía que vivimos en la era post-Bulli. Ferrán y su Bulli eran el faro que guiaba la gastronomía mundial. Un fenómeno imparable a nivel internacional que es difícilmente repetible por múltiples circunstancias que no se volverán a repetir.
Hay poca gente que conozca tan bien la forma de trabajar de Ferrán y su equipo como Aurelio. Este afirma que eran trabajadores incansables, su curiosidad y ganas de aprender no se saciaban nunca. Necesitaríamos cientos de artículos para explicar sus méritos, hazañas y aportaciones a la historia de la gastronomía.
Albert Adrià, hermano de Ferrán Adrià, es parte imprescindible en la historia de El Bulli y hoy uno de los cocineros más creativos que existen en el planeta. Es reputado como uno de los impulsores de la cocina de vanguardia y así lo ha demostrado en todos y cada uno de los restaurantes que ha ido inaugurando a lo largo de los años.
Es considerado por muchos no solo un gran chef, sino un espléndido emprendedor que además, actualmente es profesor de Talent Class, la escuela de cocina online donde los estudiantes aprenden de la mano de algunos de los mejores chefs del mundo. Puedes acceder al curso de cocina de vanguardia que imparte Albert Adrià y empaparte de los conocimientos de este gran cocinero con una amplia experiencia en el sector.
Volviendo al El Bulli, para comprender realmente la magnitud de lo que este establecimiento supuso para el mundo culinario, hay que tener en cuenta la velocidad a la que ocurrieron todos los hechos y las innovaciones.
Una vez, mientras Aurelio Morales pasaba una temporada trabajando en dos de los restaurantes del pequeño de los Adrià, Tickets y 41 grados, le dijo este que en El Bulli habían hecho en 20 años lo que tenía que haber pasado en 200.
Y es que nunca antes un restaurante había sido tan influyente, nunca antes la gastronomía española había sido tan relevante. Gracias a El Bulli España abanderó la gastronomía mundial durante años, desbancando a la poderosa Francia, cuyo mundo culinario había sido uno de los más relevantes hasta el momento; y sí, todo esto ocurrió gracias a la creatividad, elemento que se estudió y se trabajó como nunca antes se había hecho. Añadiendo la auténtica innovación a la incansable búsqueda de la técnica y su perfección, se creó el cóctel perfecto para que este fenómeno pudiera suceder.
